Emilio Mellado

Emilio en Crónicas de un pueblo (1971)
 


Emilio Mellado fue un actor –de esos que llaman «secundarios»– español que trabajó en cine, teatro, música y televisión en España desde principios de los años setenta hasta mediados de los años noventa. Yo le vi por primera vez una noche de verano de 2010, mirando un episodio de El pícaro (esa serie dirigida y protagonizada por Fernán-Gómez, que tuvo bastante éxito en los años setenta), donde Emilio interpretaba a un cocinero.

De él lo desconocemos casi todo: su lugar y fecha de nacimiento, la fecha de fallecimiento (apenas sabemos vagamente que murió en Valencia), su segundo apellido, dónde y qué estudió, cómo llegó a ser actor, etc.



1971



El primer trabajo que le tenemos localizado a Emilio Mellado es un capítulo de la serie de televisión Del dicho al hecho, que escribió Jaime de Armiñán, uno de los pioneros de la televisión en España (desde los años cincuenta) y dirigió Jesús Yagüe, un cineasta vasco que había debutado en tiempos del Nuevo Cine Español (con Megatón Ye-Yé en el 65) y que, después de dirigir varias películas con escasa repercusión comercial (Los flamencos, Los escondites) se refugió en televisión1.

Ese «dramático», cuyo título es Del agua mansa me libre Dios, que de la recia o brava me guardo yo, se emitió por TVE el 12 de mayo de 1971. En él, Emilio Mellado interpretaba a Gregorio, chófer de una casa burguesa encabezada por Antonio Ferrandis e Irene Daina y cuyo mayordomo, Matías (interpretado por Fernando Fernán-Gómez) empieza a tener un poder demasiado inquietante sobre el señor. El desarrollo de este telefilme es como si se tratara de una película de suspense, casi de terror.

A partir de trabajar juntos en Del agua mansa me libre Dios…, Fernando Fernán-Gómez, sin duda una de las personalidades más importantes del teatro y el cine en la España del siglo XX, colaboró a menudo con Emilio Mellado, lo cual evidencia su valía como actor. Por desgracia, el talento de Emilio no se vería recompensada como se merecía, y hasta donde nosotros sabemos nunca obtuvo ese gran papel que todo actor ansía en su carrera artística, aunque Emilio era capaz de sacarle partido a los papeles más absurdos o insignificantes.


Un mes más tarde de la emisión de De las aguas mansas me libre Dios…, el 16 de junio, Emilio Mellado apareció en otro capítulo de la serie Del dicho al hecho, que se tituló No hay cosa tan sabrosa como vivir de limosna. Como el capítulo anterior, éste estaba dirigido por Jesús Yagüe y escrito por Jaime de Armiñán, y Mellado volvía a coincidir con Fernán-Gómez.

En No hay cosa tan sabrosa…, el papel de Emilio ya es un poquito más jugoso que en el programa anterior. Se trata de un marqués de principios del XX que frecuenta un café al que suelen ir los literatos de Madrid. El protagonista, Curro (Fernando Fernán-Gómez), es un poeta de cuarta que merodea en el café para intentar sablear a algún que otro incauto. El marqués (Mellado) no se deja.

Emilio intervino en varios capítulos de la serie televisiva Las doce caras de Eva. Sin duda, la conexión fue Jaime de Armiñán. En efecto, el equipo era muy similar al de Del dicho al hecho: Jesús Yagüe era el director y Armiñán el autor de los guiones. Las doce caras de Eva era, obviamente, la continuación de Las doce caras de Juan, que Televisión Española había emitido a finales de los años sesenta, con protagonismo de Alberto Closas. El planteamiento de ambas series era mostrar cada uno de los aspectos de la personalidad del protagonista acorde a cada uno de los signos zodiacales.

En Aries, que se emitió el 20 de octubre, Emilio Mellado es uno de los empleados de una agencia de publicidad dirigida por Eva, a la que dio vida Amparo Soler Leal. Emilio aparece por primera vez en una sala donde se proyecta el anuncio de un banco. En ese anuncio, por cierto, vemos a Elena Santonja, hermana de Carmen, la de las Vainica Doble, y que en los ochenta sería presentadora del programa de TVE Con las manos en la masa; las hermanas Santonja eran colaboradoras habituales de Armiñán. Vainica Doble, además, eran las autoras de la sintonía (muy rockera) de Las doce caras de Eva.

Y bien; esa es la única intervención de Emilio Mellado en Aries. Por lo menos tiene frase… En este episodio, Emilito se limita a mirar el espot publicitario en una pequeña sala de proyección, decirle «muy bien, señora, muy bien» (con su voz, todavía juvenil, pero ya muy grave y potente) a la Soler Leal.


El 3 de noviembre, se emitió un capítulo de la serie Crónicas de un pueblo titulado Las hebillas de acero. El director de la serie, muy vista entonces, era Antonio Giménez Rico. En ese programa de televisión, Emilio interpretaba el papel de Jack. La línea argumental en la que intervienen Joe (José Canalejas) y Jack es una parodia de los spaghetti westerns –incluso la banda sonora recuerda al Hombre de la armónica de Ennio Morricone, de Érase una vez en el Oeste–; pero en vez de Almería, en esta ocasión se trata del municipio madrileño de Santorcaz.

De hecho, el actor Canalejas era un avezado participante en ese tipo de producciones o, más bien, coproducciones. Ya lo indicaba Carlos Aguilar en su libro Las estrellas de nuestro cine: «Debuta ante la cámara en 1960 y desde entonces hasta 1975 su labor cinematográfica es copiosa, sobre todo en el campo de las coproducciones y más específicamente del spaghetti western, género del que representará uno de sus más característicos actores de reparto, a la manera de otros como Frank Braña o Luis Barboo»2.

Canalejas da vida a un bandolero del Far-West que un buen día aparece en Santorcaz acompañado de su ayudante Jack (Emilio Mellado). Ambos visten como actores de spaghetti western; es decir: una mezcla entre Far West decimonónico y hippy de los años sesenta. Esa vestimenta incluye las hebillas de sus cinturones, a los que alude el título del telefilm.


Cáncer, el cuarto episodio de Las doce caras de Eva, se emitió el 17 de noviembre. Emilio hacía el papel de Charlie.  Ese tal Charlie y sus amigos Leo y Max (al que interpreta Paco Valladares) han ido a visitar un club nocturno en una ciudad portuaria; allí Max ha ligado con Marina (Elena Mª Tejeiro, ¡pedazo de actriz, por cierto!), de manera que tanto Leo como Charlie tienen que ahuecar el ala.


El que nos consta como debut teatral (al menos profesionalmente y en Madrid) de Emilio Mellado fue en un montaje de Un enemigo del pueblo, de Ibsen, según la versión de Arthur Miller, adaptada al español por José Méndez Herrera. El director y protagonista del montaje fue Fernando Fernán Gómez, y también trabajaban los actores María Luisa Ponte, Antonio Queipo, Pepe Lara, Alberto Fernández, Antonio Canal, Antonio Fauro, Juan Cristóbal, José Luis Barceló, José Montijano, Joaquín Girón, Antonio Baró, Agustín Gallardo, Enrique Soto, José Carlos Rúa «y la presentación de Emma Cohen». Emilio hacía el breve papel de un borracho. El Enemigo del pueblo de Fernán-Gómez se estrenó el 24 de septiembre de 1971 en el Teatro Beatriz y permaneció cinco meses en cartel.

El mal anda suelto, obra de Jacques Audiberti, en versión española de Sergio D. Trenes, fue el segundo montaje de la compañía Fernando Fernán-Gómez para la temporada 71-72. Con Emilio, actuaban Emma Cohen –pareja de Fernán-Gómez–, María Luisa Ponte, Antonio Queipo, José Montijano, Antonio Canal, Pepe Lara, Alberto Fernández, Enrique Soto, Agustín Gallardo y José Carlos Rúa. El estreno tuvo lugar en el Teatro Beatriz el 28 de octubre y la obra se mantuvo en cartel hasta mediados de enero del año siguiente.

Tanto en el Enemigo del pueblo como en El mal anda suelto, Emilio coincidió con otro de esos secundarios de lujo del cine y el teatro españoles: Alberto Fernández Calvo.



1972


Emilio y Juan Diego en Las doce caras de Eva: Acuario (1971).

Las doce caras de Eva: Sagitario (1971).



El 5 de enero de 1972, Emilio aparecía de nuevo en la pantalla de televisión, en el noveno capítulo de Las doce caras de Eva: Sagitario. De todos los capítulos en los que intervino Emilio de esa serie, Sagitario es el que le reserva un papel más extenso a Mellado; incluso tiene dos primerísimos planos y su personaje tiene nombre: Señor Bernal. En esta ocasión, Emilio es miembro de una tertulia de –como se diría ahora– «señoros» que se reúne en el café en el que tocan las tres protagonistas femeninas: Maite Blasco, Charo López y su madre, la muy veterana actriz María Francés. Ese telefilm se ambienta en tiempos de la Primera Guerra Mundial, pero su mensaje feminista va claramente dirigido hacia el momento en el que se rodó y emitió: principios de los setenta.

Acuario, en el que también intervenía Emilio, se vio tres semanas más tarde, el día 26 de enero. En Acuario, Emilio compartió plató de rodaje con Juan Diego y Lola Herrera. Aquí Emilio hace su primer papel de cocinero, encargado de preparar las truchas con las que el personaje de Juan Diego se presenta en el restaurante en el que trabaja Emilio. Suponemos que el rodaje de Acuario coincidió con el de Las hebillas de acero, porque el pelo de Emilio en ambas tiene la misma longitud.

En cuanto al cine, Emilio Mellado debutó en la película No firmes más letras, cielo, dirigida por Pedro Lazaga. El filme se comenzó a rodar, al parecer, hacia finales de enero o principios de febrero de 1972. Una noticia de la agencia Pyresa fechada el 14 de enero decía «Alfredo Landa volverá a trabajar a las órdenes de Pedro Lazaga en un filme producido por Vicente Escrivá. La película se titulará No firmes más letras, cielo y se basa en un guión que han escrito Vicente Coello y el propio Escrivá. También aparecerán en la película Mirta Miller y López Vázquez, posiblemente»3. Un equipo muy similar, casi idéntico, acababan de terminar el rodaje de Vente a ligar al Oeste, apenas unos días antes de que se publicara esa nota de prensa de Pyresa.

El papel de Mellado en la película es el del «vecino saxofonista». Ese vecino saxofonista interrumpe la sesión de amor de Alfredo Landa y Mirta Miller tocando su instrumento en el piso de al lado (la improvisada sala de ensayo de Emilio está puerta con puerta con el dormitorio de Alfredo y Mirta). Landa protesta por el ruido y su mujer le reprime: «¡Déjale que toque!» Y él responde: «¡No, si el que tiene que tocar soy yo!»

El saxofonista al que interpreta Emilio Mellado es de Carcagente y ha llegado a Madrid para opositar a la banda municipal de la capital. Por la noche se pluriemplea en el mítico club nocturno Pasapoga, donde hay unas «leonas de aúpa». No firmes más letras, cielo se estrenó el 27 de abril del 72.

En febrero, como vimos, se terminaron las representaciones de Un enemigo del pueblo.

El 28 de ese mismo mes de febrero, Emilio Mellado apareció en el espacio de TVE Teatro de siempre, con una adaptación del clásico decimonónico de Manuel Tamayo Un drama nuevo, junto a Antonio Ferrandis –con el que, según hemos visto, coincidió en Las doce caras de Eva y Del dicho al hecho– , Tina Sainz, Carlos Mendy, etc.

En Un drama nuevo, Emilio interpreta al mozo de una hostería (que sirve vino a Antonio Ferrandis y a Fernando Sotuela), su papel es brevísimo y luce la misma melenita rubia de No firmes más letras, cielo, lo que indica que tanto este telefilme como la película mencionada debieron de rodarse al mismo tiempo.


El lunes 30 de octubre de 1972 se presentó el «chou» La sexy cateta en el café-teatro Folies de la calle Paz, número 11. La sexy cateta es una comedia cómica (sic) de Víctor Fernández Antuña. Con Emilio, actuaban Amalia Ariño, Gloria Marín y Jaime Mary.


Los lunáticos se estrenó el 4 de diciembre en el teatro Marquina de la capital. Fue la obra inaugural de la nueva temporada de la compañía Fernán-Gómez, en la que ahora, además de su pareja Emma Cohen, también figuraba su hija Elena.

En las memorias de Fernán-Gómez, El tiempo amarillo, leemos el veredicto que sobre Los lunáticos tenía el propio actor: «un drama isabelino […] que preparamos con mucho amor, aunque conscientes de sus dificultades, no le gustó a casi nadie y fue un fracaso económico»4.

De momento, desconocemos el papel que desempeñó Emilio en esa obra.



1973



Según la consulta de las hemerotecas, Los lunáticos estuvo representándose en el Marquina hasta el 27 de enero de 1973. Pocos días después de esa fecha, Fernán se fue a las  islas Canarias para cumplir sus compromisos laborales con el teatro Pérez Galdós de Las Palmas5.


Emilio sale en la película de Lina Morgan La llamaban la madrina. Quizás sea la película / serie en la que tiene un papel más extenso; al menos, de las que hemos visto hasta ahora. En un artículo de Juan José Porto publicado el 8 de abril de 1973, se decía que Lina Morgan «ha concluido muy recientemente La llamaban la madrina»6, con lo cual las fechas de rodaje debieron de ser finales de marzo-primeros de abril.

En La llamaban la madrina, Emilio interpreta a una especie de quinqui de barrio que va a todas partes en moto y que se inscribe en las clases de choriceo de Lina Morgan y su tío El Baranda (Luis Barbero). Antonio Ozores, prometido de la Morgan, que no sabe nada de sus quehaceres delictivos, estudiante para más inri de Derecho, le dice en una escena a Emilio: «¡Arranque, obeso!»

Emilito trabajó poco después en el rodaje una película dirigida por Jaime de Armiñán –guionista, como vimos, de casi todos los trabajos en televisión de Mellado–: Un casto varón español (cuyo título provisional fue primero Cinco lobitas y luego Historia de un casto varón). El casto varón del título es nada menos que José Luis López Vázquez, y las cinco lobitas son: Patty Shepard, Esperanza Roy, Teresa Rabal, Mirta Miller y la difunta madre del protagonista, Paulina, alias La Loba (a la que no se ve en la película).

En el Casto varón, Emilito luce un look parecido al de La Madrina: pelo rizadito y en esta ocasión con barba sin bigote, al estilo Lincoln o bien capitán de barco ballenero. De hecho, en una de sus escenas se habla de la «fiesta de la ballena».

Ya afeitado, y más joven, Mellado apareció el 23 de mayo en el capítulo vigésimo tercero de la serie de Pilar Miró basada en la novela norteamericana La feria de las vanidades. Seguramente, la serie se rodó antes que La llamaban la madrina y Un casto varón español, aunque desconocemos la fecha exacta. En todo caso, Emilio Mellado interpreta a un camarero, vestido a la moda de principios del XIX, y tiene un par de frases.

Por entonces, en la primavera del 73, se rodó también El chulo, la nueva película de Pedro Lazaga, inscrita dentro de la «apertura» de los años setenta. El argumento de esta rocambolesca historia nos presenta a un señor que sólo puede hacer el amor en presencia de un pequeño muñeco anatómico (y mientras en la banda sonora suena Bésame mucho). Tarea pendiente: revisar esta película para comprobar qué personaje interpreta Emilio.



1974



Mariano Ozores rodó Dormir y ligar, todo es empezar, al parecer en un tiempo récord, entre febrero y marzo de 1974, en Brunete y en Madrid. La película se estrenó en mayo del mismo año, tan sólo unos dos o tres meses después de la filmación, lo que es algo insólito en el ámbito del cine español.

En Dormir y ligar, todo es empezar a Mellado se le ve vestido con un jersey de lana a rallas y su primera escena es una reunión de amigotes con Alfredo Landa, Antonio Ozores y Tomás Zori. Además, Emilio se dobla a sí mismo con su potente voz. Por cierto, aquí Emilio supuestamente coincide con el que sería su amigo y compañero en muchos rodajes (y en la más bien ficticia Asociación de Actores Gordos), Tony Valento. Pero en la copia que hemos visionado, Tony no aparece por ninguna parte.


En el Diario de Burgos del 21 de febrero de 1974, se decía que Antonio Mercero «está preparando un musical desmitificador del Don Juan con el proyecto de presentarlo al Festival de Montreux»7. El siguiente titular que apareció en el Diario de Burgos sobre el Don Juan de Mercero –quien ya había dirigido a Emilio tres años antes en Crónicas de un pueblo– fue: «Otro gran éxito de TVE en el Festival de Montreux. Con Don Juan, de Mercero, ha acaparado los mayores premios»8. Ese telefilme se emitió el primero de junio en TVE.


El 14 de mayo de 1974 se pasaba por televisión, en el espacio Los libros, el telefilme Fray Gerundio de Campazas (¡en color!; lo que para la TVE de entonces era lujo asiático), dirigido por Antonio Giménez Rico y protagonizado por Antonio Mercero. La novela original, del siglo XVIII, es obra de José Francisco de Isla y Rojo (Padre Isla) (1703-1781). En esa película para televisión, Mellado vestía por primera vez el hábito de monje, unas vestimentas que le tocaría llevar varias veces a lo largo de su carrera como actor.

¡También sale Tony Valento! Por cierto, ambos actores se unieron en una supuesta Asociación de Actores Gordos, que más bien tenía pinta de broma. Los dos únicos miembros de esa asociación fueron Tony y Emilio. Valento diría, suponemos que en tono de guasa, a la periodista Inmaculada Martín, en una entrevista para el Diario de Burgos: «Los gordos deberíamos unirnos para defendernos ante un medio hostil, pero de momento lo único que funciona, a nivel informal, es la Asociación de Actores Gordos, integrada por Emilio Mellado y yo, con el fin de hacer frente común cuando nos quieren rebajar el sueldo»9. Martín indicaba que «una de las fuentes de ingresos de ambos actores es la publicidad, aunque Toni se queja de su “falta de regularidad”».

Hacia finales de mayo o principios de junio del 74, Emilio trabajó en una de las películas de terror «de» Paul Naschy, si bien dirigida por el argentino León Klimovsky: El mariscal del infierno. Carlos Aguilar despacha, en la Guía del vídeo-cine, esta película con las siguientes palabras: «Mediocre film de aventuras con leves toques de horror (protagoniza/escribe Paul Naschy y, claro, nobleza obliga…) y un personaje central vagamente inspirado en el legendario mariscal francés Gilles de Rais»10.

El mariscal del infierno era una coproducción hispano-argentina, producida por la empresa Profilmes (que tenía sede en Barcelona) y basada libremente, como dice Carlos Aguilar, en la vida del militar y asesino francés de la época medieval Gilles de Rais.


A primeros de septiembre, se emitió por televisión el episodio de Los pintores del Prado en TVE dedicado a Botticelli. «Este episodio […] ha sido interpretado en sus principales papeles por Ramiro Oliveros (como Botticelli), Quique San Francisco (como Filippino Lippi), Fernando Ransanz (como Savonarola) y Emilio Mellado, como Francesco, un falso fraile que alterna la cartomancia con la venta de bulas de dudosa procedencia»11.

El 3 de diciembre, se veía en televisión La promesa, episodio de la serie Cuentos y leyendas, según la obra de Gustavo Adolfo Bécquer. Josefina Molina dirigió ese telefilme, que contó con la interpretación de Eusebio Poncela, Enriqueta Carballeira, Ernesto Martín, William Layton, Xan das Bolas, María de las Rivas, Luis Gaspar, José Carlos Plaza, Kino Pueyo, Pascual Barrachina y nuestro Emilio.

Me da mucha pena cuando lo meten en el pozo junto a su hermano o lo que sea, que también es malísimo. Ese si que es, como decía mi abuela, «el bicho que le picó al tren». Pero Emilio no puede hacer de malo ni queriendo.



1975



A primeros de mayo de 1975 se rodó la película cómico-dramática Imposible para una solterona, dirigida por Rafael Romero-Marchent, basada en la novela homónima de Luisa María Linares (publicada en 1959) y protagonizada por Lina Morgan, Juan Luis Galiardo y Fernando Fernán-Gómez, con un papel bastante importante para Cris Huerta.

En Solterona, Emilio Mellado hace de camarero de un restaurante al que suele ir Lina Morgan. Emilio luce melenita setentera (negra como el azabache) y patillas «de hacha». Y le doblan la voz. Es notable la escena en la que Lina pide tropecientos platos y acaba rompiéndolos ante la atónita mirada del camarero (Mellado): «Señorita… ¿ha habido algo que no fuera de su agrado?»


Del Blanco y Negro del primero de noviembre de 1975, una nota de prensa escrita por la ya mencionada periodista Inmaculada Martín informaba a sus lectores del inminente «estreno nacional en Torremolinos de Alfonso Paso: Una señora con ganas de juerga. Esa noche Pavillón contará con Joe Rígoli animando a la concurrencia. En la compañía de Ramón Tejela van Mabel Escaño, Maribel Romero, Fernando Rojas (no, este muchacho no escribió La Celestina), Francisco González y Emilio Mellado, con sus ciento y pico kilos, sin complejos y sin histerias. Alfonso Paso, además de autor y director, será también “reo”. Sentado en la silla eléctrica, un periodista le hará unas preguntas. ¿Es en verdad tan duro eso de las entrevistas?»12


Emilio volvió al teatro en 1979, con el montaje de Francisco Nieva de la obra cervantina Los baños de Argel. Nieva fue obtuvo el Premio Nacional de Teatro de ese año, otorgados el 15 de enero de 1980, por ese montaje.


El 9 de enero de 1981, se emitió, dentro del famoso espacio de TVE Estudio 1, La moza del cántaro de Lope de Vega (adaptada y realizada por Manuel Aguado), con Elisa Ramírez, Víctor Valverde, Maite Blasco, etc. Emilio Mellado interpretó el personaje de Lorenzo.

A finales de marzo del 81, en los estudios de Prado del Rey, se estaba grabando El anuncio, un telefilme escrito por Adolfo Marsillach y dirigido por Francisco Abad. En el reparto: Fernando Delgado, Inés Morales, José Caride, Emilio Mellado, Teresa Guida y Paco Merino. Ese filme para la televisión no consta en su filmografía en IMDb.


Emilio tuvo uno de sus papeles más importantes en el cine en Las aventuras de Enrique y Ana, filme dirigido por el veterano y «artesanal» Ramón Fernández a mayor gloria del famoso dúo musical compuesto por Ana Anguita, de once o doce años, y Enrique del Pozo. Entonces, Enrique y Ana estaban en la cresta de la ola con sus pegadizos hits La gallina coco-guagua y Súper-Disco-Chino.

En el número del 29 de agosto del periódico castellonense Mediterráneo, apareció el titular «Enrique y Ana ruedan su primera película». El artículo correspondiente que indicaba que el rodaje de Las Aventuras… había comenzado «hace escasos días» en Madrid13. La película de Enrique y Ana se estrenó pocos días antes de Navidad, todavía en el año 81.


A principios de los ochenta, Alberto Miralles revivió el grupo teatral Cátaro, que había sido uno de esos grupos más o menos «contestatarios» de la España delos sesenta.

El 19 de febrero de 1982, en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, Emilito casi inauguraba el año con El último gallinero, de Manuel Martínez Mediero, con la dirección de Miralles. El último gallinero sería la presentación del grupo Cátaro redivivo.

Desgraciadamente, el estreno de la obra tuvo que aplazarse por enfermedad (cólico nefrítico) de Emilito. El director de Cátaro, Alberto Miralles, en declaraciones al diario Pueblo, dijo: «Estamos muy acostumbrados en la historia del teatro a justificar suspensiones debidas a premura de tiempo o a equivocaciones con enfermedades pero esta vez sí es verdad. Emilio Mellado ha sufrido un fuerte cólico nefrítico, por lo que he decidido sustituirle por Alberto Díaz. Quiero justificar con un certificado médico esta suspensión»14.

Durante el resto del año, Mellado se dedicó casi exclusivamente al cine. Ese año se mostró frenético en este campo; rodó nada menos que seis películas, si bien, por supuesto, en papeles breves.

Pestañas postizas, de Enrique Belloch, se presentó en el Festival de San Sebastián de 1982. ¡Se trataba del primer papel de Antonio Banderas en el cine! Emilito hace el papel de un cliente de un prostíbulo.

También, ese año, estuvieron:

Buscando a Perico

El gran mogollón

Juanita la larga

Las locuras de Parchís

Si las mujeres mandaran (o mandasen)

Puente de invierno, cuya sinopsis es la siguiente: «Una pandilla de cinco, entre chicos y chicas, sale en una vieja furgoneta, dispuestos a divertirse a tope a lo largo de un “puente” de jueves a domingo»15.


Emilito participó en el Festival de Teatro de Almagro de 1985, el mismo año en que se fundó la Compañía Nacional de Teatro Clásico16, vinculada a dicho festival. Allí se representaba Semíramis, de Cristóbal de Virués (militar, poeta y dramaturgo del Siglo de Oro, nacido en Valencia en 1550), bajo la dirección de Miguel Bilbatúa y como producción del grupo teatral Artefacto. En el reparto, figuran los nombres de Maite Brik, Joaquín Hinojosa, Agustín Poveda, Raúl Freire y Diana Peñalver (después coprotagonista de la serie Chicas de hoy en día). Y, por supuesto, Emilio Mellado. Semíramis se representó el 3 de septiembre en el Corral de Comedias de Almagro y, el día 10 del mismo mes, el montaje llegó a Madrid, al Teatro Pavón.

No he encontrado ninguna reseña que mencione el trabajo de Mellado en concreto, pero la que firmó Julia Arroyo en el diario Ya dice lo siguiente: «Los actores tropiezan, como es irremediable por la falta de práctica, con el verso, no siguen su musicalidad, su ritmo, sus cadencias. Y las voces gritan y se enronquecen. En general, gesticulan mucho, a falta de matices y sutilezas, y se evidencia la falta de preparación física adecuada a este tipo de obras, en las que el lenguaje poético del texto ha de estar presente en todo el lenguaje escénico y el cuerpo del actor. […] Se tiene la sensación de que el texto pesa en exceso sobre los actores y que la dirección no ha logrado superar esas barreras que hacen del escenario un espectáculo mágico, movido por invisibles hilos que animan una vida irreal pero verdadera»17.


A finales de febrero del 87, se emitió en el espacio de TVE La voz humana un dramático escrito por Vicente Simón titulado Dos arruguitas debajo del cuello, cuya sinopsis dice lo siguiente:

«Por indicación de su psiquiatra, Sara, casada con un hombre autoritario, se decide a relatar libre y espontáneamente las vicisitudes por las que pasó su vida tras la muerte de sus padres»18.

En el reparto, además de Emilito como siempre en un papel secundario, encontramos los nombres de Mara Goyanes (suponemos que en el papel protagonista de Sara), Ismael Abellán, Fernando Juan y Covadonga Cadenas.


La compañía del Teatro Nacional María Guerrero inauguró su temporada 87-88 el 17 de noviembre de 1987 con Alesio, de Ignacio García May (Premio Tirso de Molina 1986), en dirección de Pere Planella.

Reparto por orden de aparición: Juan Diego Botto, Walter Vidarte, Antonio Valero, Pepa Valiente, Juan José Otegui, Emilio Mellado, César Sánchez, Sonsoles Benedicto, Juan Matute, Eva García, Juan Jesús Valverde, Maruchi León, Cesáreo Estébanez, José Antonio Correa, Vicente Díez, Ángel Pardo, Miguel Gredilla, Juan José Pérez, Juan Rueda, Raúl Moreno, Rubén Pereira y Alfonso Goda.


El 24 de febrero de 1991, se emitía el primer programa de una nueva serie de TVE: Una hija más, protagonizada por Mercedes Sampietro y Miguel Rellán. Emilio Mellado interpretó uno de los papeles secundarios de ese capítulo. Una sitcom de esas con sonrisas enlatadas, etc. Y música de sintetizador trompetero, que es a los últimos ochenta / primeros noventa lo que los «daba-daba-dá» a los años sesenta.

En ese episodio, titulado Bienvenida y adiós, Emilio es el mecánico que le arregla el coche a Miguel Rellán. La serie no logró conectar con el público y fue retirada de la parrilla televisiva poco después.


Un comentario al vídeo de YouTube de Desnudito y al sol de un tal Fernando Martínez Hernández (2018) nos dice: «El que canta y pone la imagen es mi añorado amigo el actor Emilio Mellado. Fue un actor de reparto de muchas películas del cine español y del teatro. Lo podemos ver como protagonista en la película Chechu y familia, de Fernando Fernan Gomez. Pasó sus últimos meses en el barrio de Benimaclet de Valencia dando clases de interpretación a mi grupo de teatro. Te echamos de menos, Emilio»19.



Notas



1 Para más información sobre su trayectoria, véase la necrológica escrita por José Luis Salvador Estébanez en La Abadía de Berzano el 8 de abril de 2021: https://cerebrin.wordpress.com/2021/04/08/necrologica-de-jesus-yague/

2 Carlos Aguilar y Jaume Genover: Las estrellas de nuestro cine. Alianza, Madrid, 1996, p. 127.

3 Libertad, Valladolid, 14 de enero de 1972, p. 6.

4 Fernando Fernán-Gómez: El tiempo amarillo. Memorias ampliadas (1921-1997), 1998, Edición digital de Titivillus, 2020, p. 535.

5 «Fernán Gómez, a Canarias». 7 Fechas, nº 1.218. Madrid, 30 de enero de 1973, p. 8.

6 Juan José Porto: «El cine y su mundo. Lina Morgan: primera figura de la revista». Mediterráneo, año XXXVI, n.º 10.696. Castellón de la Plana, 8 de abril de 1973, p. 11.

7 Alberto Matthies Castro: «Comentario y noticia de televisión». Diario de Burgos, 21 de febrero de 1974, p. 9.

8 Diario de Burgos, 5 de mayo de 1974, p. 3.

9 Inmaculada Martín: «Gordos y flacos en la pequeña pantalla». Diario de Burgos, 12 de julio de 1980, p. 14.

10 Carlos Aguilar: Guía del vídeo-Cine, Ed. Cátedra, Madrid, 7ª edición ampliada, 2000, p. 660.

11 Telstar: «Sandro Botticelli y el mar». Hoja del Lunes, Madrid, 9 de septiembre de 1974, p. 10.

12 Inmaculada Martín: «En voz baja». Blanco y Negro, Madrid, 1 de noviembre de 1975, p. 60.

13 Mediterráneo, Castellón de la Plana, 29 de agosto de 1981, p. 14.

14 Pueblo, Madrid, 17 de febrero de 1982, p. 35.

15 La Tribuna, Ciudad Real, 1 de abril de 1991, p. 38.

17 Julia Arroyo: Ya, Madrid, 13 de septiembre de 1985; citado en Anuario Teatral, 1986, p. 43.

18 La Tribuna de Albacete, 25 de febrero de 1987, p. 23.

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